sábado, 21 de abril de 2012

La habilidad de miracle es una mierda

Aquí lo digo, que quede bien escrito. He estado probándolo un poco por mi cuenta, sobre todo la la chispa que adjunto para cabecera del artículo y no hay por dónde cogerla. Sé que muchos (yo lo estaba un poco hasta ahora) nos hemos emocionado un montón con sus costes bajísimos y sus efectos demoledores. ¿5 daños por R? ¡Dios, sí! Pero la realidad es bien distinta y os voy a explicar mi forma de verlo.

 -Tenerla en mano inicial es la peste: Es prácticamente estar jugando con un mulligan aunque tengas 7 en mano. Podemos llegar a juntar 6 manás, no lo dudo, pero para cuando lo hagas muy mal le tiene que haber ido al oponente para que le sea realmente dañino. Si ya tenemos 2 es para echarse a llorar.

 -Robarla en el primer-segundo turno es igual de malo: No solo es mala la carta en mano inicial, encima los dos primeros turnos tampoco queremos robarla, casi nada. Eso hablando del milagro rojo, imaginad los otros con costes más extraños o efectos más circunstanciales.

 -Los efectos no son tan espectaculares: Este seguro que es el apartado más controvertido. A ver si me explico bien, los efectos son geniales y pueden ganar partidas automáticamente pero habrá situaciones en que no lo hagan simplemente. Podemos decir ''claro, muy fácil decirlo si tienes 20 vidas y robas el milagro''. Planteadlo con la ira de dios con miracle o el time walk, habrá muchas veces que podamos jugarlos, incluso lo haremos y apenas habrá sido significativa la ventaja.

Así que después de darle vueltas, jugar muchas contra la pared y pensar un poco calmado yo creo que no va a repercutir apenas en el juego. En mi opinión el time walk será una moda de semanas en legacy para desaparecer rápidamente. La chispa se jugará en burn con azul y quizás en la burn de siempre, aunque lo dudo mucho. La ira de dios se jugará en tipo 2 cuando rote la mierda actual del day of judgment. Y...ya, todo lo demás es broza. A ver qué pasa en las mesas, siempre puedo equivocarme y que se juegue hasta el último pero yo no le auguro buen futuro.

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